Estimada Amiga,
Aunque la salvación procede totalmente de Dios, El nos da la responsabilidad para que nuestra vida sea en integridad. En este bello salmo nos enseña cuatro cualidades que se pueden evidenciar en las personas que moraran en el lugar santo, podemos imaginar una morada eterna al lado de nuestro padre celestial? Es algo magnifico.
David inicia este salmo reconociendo a Dios como el creador de la tierra y de su plenitud. A Él le pertenece, por esto, nuestro deber es cuidar y ser buenas administradoras de los recursos que Dios ha creado para nosotras.
Cuidemos al máximo los recursos que obtenemos de ella como el agua, la energía, los alimentos y todo lo que nos provee la tierra. Pero con cuidado, la tierra, el sol, la luna y las estrellas no deben volverse para nosotras objetos de adoración.
Recuerda que esta tierra es pasajera pero la morada que Dios tiene para nosotras es eterna.
Continuando con nuestro estudio en los versículos 3 y 4, encontramos cuatro características que nos enseña este salmo para los que van habitar en el monte del señor:
El limpio de manos y puro de corazón. Tanto nuestra parte interna como externa debe demostrar nuestro creer en Cristo Jesus. Mis actos deben ir unidos a mi corazón, mis pensamientos deben ir encaminados hacia todo lo bueno y puro porque estos se vuelven un sentir y ese sentir termina en una acción.
Nuestros actos no son suficientes a menos que estén unidos a un corazón puro.
El que no ha elevado su alma a cosas vanas ni jurado con engaño. La belleza, juventud, riquezas y poder son cosas vanas que si bien debemos cuidar nuestro cuerpo y cuidar nuestra apariencia, nuestra Alma no debe estar elevada hacia esto que es pasajero, ni nuestra boca debe hablar cosas engañosas. Dios honra la honestidad, sin ella no hay una comunicación sincera y las relaciones no surgen. Si mientes se vuelve imposible una relación con Dios.
La promesa que está presente en el versículo 5, esta promesa es para aquellas personas que habitaran en el lugar santo, ellas recibirán bendición y justicia de Dios. Sus actos dan muestra de la justicia, sus palabras son bondadosas, edificantes y generosas, sus amigos disfrutaran de su Compañía y se ganaran la gran estima de los que la rodean y le conocen.
Ahora tal es la generación de los que buscan a Dios, una generación que vive y siente como Dios envía en su palabra. Hoy somos llamadas hacer esas buscadoras de Dios, esas mujeres que enfrentan guerras, aflicciones, luchas, pero con la mente y los ojos puestos en el premio y regalo que Dios tiene para ti….. Vivir en el monte del santo del Señor.
En próximo estudio continuaremos con los versículos del 7 al 10 de este maravilloso Salmo.
Bendiciones
PAOLA DE VARGAS
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